Bryce Echenique, Alfredo
El huerto de mi amada. Planeta: 2002. 286 págs.
La pérdida del huerto
Desde que se supo que el Premio Planeta 2002 era para la novela El huerto de mi amada de Alfredo Bryce Echenique surgió una enorme y renovada expectativa por el autor y su obra, por aquellos días muy cuestionado a raíz de unas supuestas declaraciones suyas en Europa. La reconciliación del país con su autor vino de mano de este premio, y la expectativa generada por la novela premiada superó todas las proyecciones, pese a la piratería que intentó aguar la celebración. El huerto de mi amada es una novela de amor escrita con la acostumbrada mezcla de sentido del humor y ternura que se ha convertido en un sello personal de Bryce Echenique.
Esta es la historia de un amor a primera vista. Carlitos Alegre, un millonario adolescente, muy religioso y aplicado, conoce en una fiesta de familia a Natalia de Larrea, aristócrata bellísima considerada la soltera más codiciada de Lima. Sin embargo, la diferencia de edades es trágica entre los 18 años –cuando la mayoría de edad es 21 años- de Carlos y los más de 30 de Natalia. Otra diferencia notable es la inocencia de él y el escepticismo de ella. Pese a esas distancias, como si finalmente los extremos opuestos se uniesen, cuando en esa fiesta se descubren el uno al otro surge súbitamente el amor. No es un amor social, donde se permite escoger, sino un amor fulminante, un rayo que alcanza a los novios en mitad del jardín. El resto de la fiesta, para desconsuelo y posterior ira de los demás invitados, todos ellos millonarios dispuestos a poner el cielo bajo los pies de Natalia, la pareja no deja de bailar abrazados una versión de Siboney de Stanley Black. Finalizada la fiesta, un confuso incidente determina la fuga de Natalia y Carlitos hacia aquel paréntesis en medio de la moral y la hipocresía limeña que es la casa de campo de Natalia y su bellísima huerta. Entonces nos enfrentamos ante el tema de la novela: el intento de vivir en la utopía, el paraíso recobrado. Mientras Natalia y Carlos habitan esa huerta nada puede interrumpirlos y las diferencias se pierden. Carlos busca en Natalia un amor apasionado que haga las veces de despertar erótico y protección contra el mundo de divorcios y arribismos (magníficamente representados por dos personajes bufonescos, deliciosos, como son los mellizos Céspedes) que está comenzando a conocer. Natalia, en cambio, ve en él la posibilidad de superar las frustraciones a través de ese adolescente que representa la pureza y la sinceridad, dos bienes extraviados para siempre en el mundo en que vive, pero que permanecen inalterables en Carlos. Él es, sobre todo, una persona buena, con una bondad fuera de este mundo, y así lo entienden no solo Natalia sino los empleados de ésta (en especial Molina, el chofer), la fea hermana de los Céspedes y la pequeña Melanie, un personaje que crece entre sombras hasta volverse –hacia el final de la novela- en silenciosa protagonista. Sn duda, Carlitos es una suerte de Julius adolescente, aunque esto último sea un clisé que se repite ante cualquier personaje masculino de Bryce. Pero es que, precisamente, de alguna manera Bryce solo tiene una forma de crear personajes, una única forma de hacerlos existir distraídamente, trastabillando y complicándolo todo, tan fatales que resultan entreñables. Al igual que los genios del cine cómico -como pueden ser Cantinflas, los hermanos Marx, Chaplin o Woody Allen- en las obras de Bryce Echenique cada protagonista se alimenta de los mismos temores e idénticas ternuras, y observan la vida desde la misma altura según la cual la objetividad solo se logra con una subjetividad bien intencionada. Las variantes las imponen las anécdotas, las locaciones y los personajes secundarios, casi siempre mujeres enternecidas fulminantemente ante esa raza de Julius no aptos para este mundo. Sin embargo, en El huerto de mi amada existe una variante que resulta altamente significativa: por primera vez, los otros personajes descubren lo que los lectores sabemos: que la naturaleza con que están hecho Julius, Pedro Balbuena, Martín Romaña o Carlitos Alegre, no es de este mundo. Y ellos, que sí lo son, deben cuidar esa inocencia y protegerla con uñas y dientes. La cruzada de Natalia es tan emotiva como imposible. Ella sabe que no puede perderlo, pero sabe también que los límites del huerto son estrechos y el mundo no puede ser un enorme huerto, aunque Carlitos piense lo contrario. Perder su amor es claudicar, abandonar la fe en que la felicidad puede existir de una manera tan natural y desprevenida. La lucha de Natalia por no perder ese pedazo delirante de fe es una variante inusitada en la obra de Bryce, que convierte a esta novela en una cumbre en el contexto de una de las summas literarias más personales de la literatura contemporánea.
sin plumas
comentarios de libros por iván thays
Datos personales
- Nombre: Ivan Thays
- Lugar: Lima, Peru
Escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro"
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