Windows on the world
Frédéric Beigbeder
Anagrama: Barcelona: 2004. 314 páginas.

CIELO ESTRELLADO
Pensé que podría ser una experiencia interesante pasar el 11/S leyendo esta novela de Frédéric Beigbeder dedicada a los sucesos de aquel día en NY. Tenía curiosidad por saber si un hecho tan reciente podía ser ficcionalizado. Windows on the world entra en la categoría de textos híbridos, en los que ensayo y ficción se entrelazan y confunden. Carthew Yorston es un yuppie divorciado cuya novia es una modelo de catálogo de Victoria´s secret, quien ha decidido llevar a desayunar a sus hijos pequeños –David y Jarry- a Windows on the world, el costoso restaurante que descansaba en el piso superior, el 107, de una de las torres siniestradas. Por otro lado, Frederic Beigbeder es un ex publicista y ahora escritor que intenta escribir, un año más tarde, una novela sobre los sucesos del 11/S teniendo como núcleo lo ocurrido en aquel mismo restaurante. El novelista visita el café Le Ciel de París –colocado también en lo alto de una torre, aunque 50 pisos más bajo- y luego Nueva York (donde descubre a un espécimen raro: el neoyorquino altruista y generoso, nacido después de la tragedia como un mutante que, según dice, ha desplazado al típico neoyorquino egoísta) en un intento de introducirse algo en el pellejo de quienes fallecieron en el ataque terrorista. La historia de Carthew transcurre minuto a minuto desde las 8: 30 hasta las 10:29 horas de aquel 11 de setiembre de 2001. En ese tiempo seremos testigos de su intento de no preocupar a sus hijos, de su introspección, su temor y su espanto. A su vez, asistimos al conmovedor espectáculo de sus hijos, convencidos de que su padre es un "superhéroe" que logrará salvarlos. Como es obvio, lo doloroso del asunto es que ya sabemos, desde el principio, qué ocurrirá con Carthew y sus hijos: “Ya conocen el final: todo el mundo muere” dice el primer párrafo de esta novela que uno puede encontrar a veces de mal gusto, a veces snob, a veces pedante, muchas veces superficial o ligera, pero –increíblemente- ninguno de esos problemas afecta la contundencia con que el conflicto central de la novela abofetea al lector. Prueba de que el viejo recurso de poner nombre y rostro a los personajes de una tragedia colectiva no ha perdido vigencia y aún puede estremecer. Beigdeber es también autor de la novela 13´99 euros, que quisieron pasar por polémica pero solo es entretenida, y de un mamotreto impresentable llamado Último inventario antes de la liquidación en que el autor repasa, con pedante e insufrible aire de superioridad (un chico listo que tiene respuestas “ingeniosas” para todo), los 50 libros más votados de una lista hecha por la FNAC y el diario Le Monde.