sin plumas

comentarios de libros por iván thays

Mi foto
Nombre:
Lugar: Lima, Peru

Escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro"

7/08/2004

Delirio
Laura Restrepo.
Alfaguara. Bogotá: 2004. 342 páginas


DELIRIO COLECTIVO
Nunca he sentido tan justa la sentencia de Julio Cortázar –según la cual las novelas se ganan por puntos y los cuentos por knock out- como leyendo Delirio. La novela generó en mí, intermitentemente, entusiasmo y decepción, y el triunfo fue por decisión apretada. Agustina es una mujer de clase alta bogotana casada con un profesor más bien austero apellidado Aguilar. De retorno de un viaje de cuatro días, Aguilar se encuentra con que Agustina ha caído en una suerte de delirio místico que la hace desconocer a su esposo y llenar de platos con agua toda la casa. Agustina siempre tuvo fama de vidente y ese toque real maravilloso continuará hasta el desenlace, incluyendo la súbita aparición de la misteriosa tía Sofi para asistir a su sobrina. También se describe el encuentro crucial entre Agustina y Midas McAlister, un nuevo rico y amigo de su familia que fue su novio, a través de cuyo discurso ella se entera del pasado turbio de su familia, que incluye lavado de dólares y vínculos con el narcotraficante Pablo Escobar y su clandestina manera de ejercer el poder en Colombia. Finalmente se nos presentan los antecedentes familiares de Agustina: el drama adolescente de su hermano Bichi y la prescindible historia de su abuelo, el perturbado pintor Nicolás Portilinus. Aguilar pasa el resto de la novela buscando la razón de la locura de su esposa. Pero aunque el lector, con mejor suerte que Aguilar, tiene todos los datos, la respuesta es compleja y va desde el historial familiar (“Agustina es medio rara”) hasta el shock psicológico de conocer de un golpe la verdad familiar, sin olvidar la explicación real-maravillosa (Agustina como médium). La tragedia individual alcanza una dimensión colectiva cuando vemos que el drama de Agustina, vivir en un mundo de apariencias, de medias verdades, negocios turbios, mitos y tapaderas que ocultan crímenes, se amplifica en la esfera social y en todo el país. Solo un amor intenso, honesto y puesto a prueba como el de Aguilar puede dar alguna esperanza en medio del caos. Aquel buen amor es, sin duda, el mayor punto a favor de la novela. Laura Restrepo ha pagado en esta novela todos los favores literarios que debía, desde Vargas Llosa a García Márquez, incluyendo guiños inoportunos a Memorial del Convento de José Saramago (Blimunda, personaje del Nobel, inspira sin duda al personaje de Agustina). Curiosa inseguridad en alguien con su oficio, que la obliga a someterse a las técnicas de puntuación del portugués y ponerse inmerecidamente en la cola de los nostálgicos del Boom. Habrá que esperar que en su próxima obra arroje los lastres y demuestre que una novela también puede ganar por knock out.