sin plumas

comentarios de libros por iván thays

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Lugar: Lima, Peru

Escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro"

5/26/2004

El huracán lleva tu nombre
Jaime Bayly
Planeta. Barcelona, 2004. 464 páginas


BAYLY RECARGADO
Probablemente intimidado por el fracaso de su última novela, Jaime Bayly regresa a su conocida obsesión autobiográfica y nos cuenta –otra vez- la historia de un exitoso conductor de TV que se enamora de una chica linda y perfumada pero le gustan los hombres. Gabriel es el nombre del muchacho, Sofía el de la chica, y Sebastián el del actor que lo obliga a meterse al baño a masturbarse compulsivamente en esta novela donde se produce el más grande y monótono derrame seminal de la literatura peruana. El Perú de Gabriel y Sofía es un país de gente chillona y fea, por lo que deciden huir a Washington donde ella estudia una maestría en Georgetown y él escribe una novela, hace footing y trata de levantarse a algunos tipos en el campus, sin perdonar siquiera al príncipe Felipe que pasa desprevenido por ahí. Hacia la mitad de la novela Sofía queda embarazada. A partir de este punto, el libro se vuelve denso y pierde el sentido del humor. Gabriel se muestra aún más egocéntrico y manipulador, mientras Sofía - con una abnegación y ternura inverosímil- se empeña en continuar junto a ese sujeto que no deja de cometer canalladas. Bayly podría vender en frasquitos la receta para redactar con entusiasmo y buen ritmo una novela de 460 páginas con un argumento que alcanza en dos carillas. Asimismo, debería adquirir algunas nociones de estructura literaria para no desbarrancar con prisa y sin pena sus páginas finales, como lo hace en todas sus novelas. Puede resultar tedioso leer una diatriba social y una confesión homosexual escrita con el mismo énfasis de hace diez años, cuando publicó su primer libro, sin considerar que el mundo ha cambiado tanto que ahora los presentadores de TV se besan en pantalla con buen raiting y anuncian sus matrimonios gays en primera plana. Sin duda no es la homosexualidad reprimida lo que impide la felicidad de Gabriel, sino aquel individualismo visceral que le otorga una visión maniquea de la sociedad y una perspectiva limitada de la sexualidad. Bayly es un escritor instintivo, de olfato, oportunista. Pero no es un escritor versátil. Por ello, no resulta extraño que la fórmula que tan buenos dividendos le ha rendido se repita, se recargue y se vuelva a repetir. Una lástima, porque las pocas veces que ha intentado alejarse del tópico chico-sale-del-clóset consiguió fracasos, como La mujer de mi hermano, pero también éxitos inesperados como la novela Los últimos días de la prensa, significativamente la mejor de sus obras.

El gaucho insufrible
Roberto Bolaño
Anagrama. Barcelona, 2003. 184 páginas


LA TRASTIENDA DE BOLAÑO
La carrera literaria de Roberto Bolaño reescribe el cuento de Cenicienta: de escritor desconocido y ninguneado a celebridad instantánea después de ganar el Herralde. Una vez en la cúspide, la Cenicienta se convierte en Segismundo: ridiculiza a los escritores chilenos que antes lo desconocían, acribilla a la crítica literaria de su país, punza a los escritores de éxito en España, se enemista con sus amigos. No quiere respeto, quiere venganza. En medio de su ajetreo contra-cultural, la enfermedad y luego la muerte lo alcanzan demasiado pronto. Bolaños se convierte en un mito literario con tan solo la mitad del camino recorrido. Quedan de él dos espléndidos libros de cuentos –Llamadas telefónicas y Putas asesinas-, una novela redonda, Nocturno de Chile, y otra irregular –Los detectives salvajes- pero escrita con tendones, sin conceder y sin ahorrarse nada. Fuera de eso, entre poemarios y novelas menores, solo es digno de mención un acumulable número de declaraciones que van desde lo honesto e inteligente hasta el cinismo enfant terrible, justificables solo en alguien sin su talento. En sus últimos meses Bolaños apuraba la redacción de una novela de mil páginas, titulada 2,666, que le ocupaba todos los sentidos. Por ello, los cuentos de El gaucho insufrible fueron necesariamente escritos en la trastienda literaria y quizá debieron quedar ahí. El libro merece recordarse por ser su primer libro póstumo, y nada más. Cinco cuentos y dos ensayos que sirven para mostrar de cuerpo entero al autor y su modo de divertirse, pero no a sus virtudes ni su agudeza. No es secreto que Bolaños hizo de la parodia su mayor arma literaria. Esta colección es eso mismo, una parodia de autores y estilos que van desde el relato gauchesco hasta la novela policial, desde Kafka a Bioy Casares, salpimentados de guiños a sus amigos y palos a sus enemigos. El sentido del humor salva al cuento que presta el título. Nada salva a esa broma hermética que es “El policía de las ratas” y menos aún al indigerible mamotreto borgiano “El viaje de Álvaro Rousselot”. Las conferencias tienen la virtud de ser opiniones contundentes. La primera, sobre la enfermedad, es intensa y sincera, y podría haberse convertido en una novela a lo Vila Matas. La segunda, sobre el estado actual de la literatura, está escrita con la misma destreza con que un simio gatilla una metralleta. Da en el blanco solo porque dispara contra todo, imposible no fallar. Claro, después de tal festín de diatribas, bromas y sopapos, pocos espectadores se atreven a ver qué quedó realmente de lo dicho. Yo lo he hecho y declaro: muy poco.